Después del Apocalipsis se Creara una nueva Tierra para una nueva Humanidad que estará Llena de Espiritualidad, Vivirá con Amor y la Paz será Real
La Humanidad necesita, que el Apocalipsis llegue YA para Vencer a Satanás y todos sus secuaces Humanos |
La Justicia de Dios se Tiene que Manifestar YA, la humanidad Agoniza en el Mal
"Soy Realista y no Agorera" (a buen entendedor/a sobran más explicaciones)
"El que tenga Oídos que Oiga, al que tenga Ojos que Vea" (Mateo 13:9-15-16)
Cielo Nuevo y Tierra Nueva: Apocalipsis (21:1-8). Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva, pues el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén que descendía del cielo, de parte de Dios, preparada como una esposa que se adornado para su esposo. Y oí una gran voz desde el trono que decía: "He aquí la morada de Dios entre los hombres, y morará entre ellos, y ellos serán su pueblo, y el "Dios con ellos" será su Dios".
Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni duelo, ni llanto ni dolor, porque lo primero ha desaparecido. Y dijo el que está sentado en el trono: "Mira, hago nuevas todas las cosas". Y dijo: "Escribe: estas palabras son fieles y verdaderas". Y me dijo: "Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tenga sed yo le daré de la fuente del agua de la vida gratuitamente.
El vencedor heredará esto: yo seré Dios para él, y él será para mí hijo. Pero los cobardes, incrédulos, abominables, asesinos, impuros, hechiceros, idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda".
Dios tendrá que Destruir, para Construir. No se puede Edificar lo Nuevo y Sano, sobre Corrompido y Malo |
La Nueva Jerusalén: Apocalipsis (21:9-27). Y vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete y últimas plagas, y me habló diciendo; "Mira, te mostraré la novia, la esposa del Cordero". Y me llevó espíritu a un monte grande y elevado, y y me mostró la ciudad de santa de Jerusalén que descendía del cielo, de parte de Dios, y tenia la gloria de Dios; su resplandor era semejante a una piedra muy preciosa de jaspe cristalino.
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